Historia de la Farmacia (continuación - MÉXICO COLONIAL)
Con sus diferencias, todas las culturas mesoamericanas realizaron prácticas médicas y farmacéuticas. Con el proceso de conquista por por parte de los europeos, se perdieron la mayoría de las evidencias de estas actividades, la información que sobrevivió ha ocupado un sitio de relativa importancia en el mundo global contemporáneo.
Aunque se desconocen la mayoría de los remedios utilizados en el territorio mexicano angtes de la guerra de conquista, es acptable suponer que la Medicina y la Farmacia, transitaron de las culturas arcaicas del resto del mundo: en un principio mítico-religiosa y posteriormente intuitivo-empírica.
En 1521 la ciudad de Tenochtitlan, centro administrativo del imperio mexicano, fue finalmente ocupada por los conquistadores españoles. A partir de este hecho la Medicina y la Farmacia mesoamericanas, fueron sustituidas por información y prácticas traídas de Europa.
Fray Bernardino de Sahagún, monje franciscano que llegó junto con los primeros colonizadores a la Nueva España, dedicó gran parte de su vida a recopilar información que sirviera para conocer cómo era la vida en esta parte del mundo antes de la conquisa. Coordinó los trabajos de redacción, traducción, ilustración y resguardo de importantes documentos como el Libellus de Medicinalibus Indorum Herbis, también conocido como Códice de la Cruz-Badiano, el primer libro de la farmacología y herbolaria del continente americano; también coordinó los trabajos del Códice Florentino que trata sobre la historia, tradicón, cultura, Medicina y Farmacia de los mexicas, entre otros.
En la misma década que llegaron los europeos, la corona española formó el Real Tribunal del Protomedicato, institución que regía los aspectos sanitarios del reino. Durante el siglo XV arribaron a los territorios recientemente conquistados, los primeros profecionales de la salud aprobados poe el Protomedicato, quienes bajo el mandato y autoridad de los reyes españoles iniciaron las tareas de control sanitario.
A partir de 1527 inpusieron multas a quienes practicaban la curación sin la autorización ofcial correspondiente; en 1535 con el concentimiento del virrey prohibieron el ejercicio de las prácticas boticarias a quien caresiera de estudios universitarios. En 1646 se creó el Protomedicato Novohispano, con funciones y atribuciones similares al de España, fue el encargado de supervisar la labor de médicos, cirujanos, barberos, flebotomianos, parteras y boticarios.
El médico y el farmacéutico de la Nueva España cumplieron funciones sociales distintas. El primero se desempeño en el diagnóstico y tratamiento de las enfermedades; el segunod enfocó su labor en reparar sustancias curativas, ya fueran simples, compuestas, formuladas o prescritas, y su otra tarea no menos importante, fue vender eoso preparados en las boticas.
El Protomedicato Novohispano supervisó todos los trabajos de salid pública, orientado no solo a la curación de los enfermos, por el contrario, su principal labor estuvo enfocada en mantener la salud a la gente sana; por tal razón vigiló con especial cuidado que los medicamentos que estaban a la venta no estuvieran descompuestos o incorrectamente elaborados.
La inspección boticaria incluída la calidad de los precios locales y de los traídos de otras partes del reino también se revisaba que los productos foráneos fueran adquiridos con los comerciantes autorizados por la corona y que además cumplieran con las pruebas de calidad efectuadas por el propio Protomedicato.
Durante el tiempo que duró la Colonia, una farmacia estaba constituida básicamente por dos espacios, el primero, la botica, contaba con acceso desde la vía pública, se usba como exhibidor de los preparados terminados, ya fueran aceites, polvos, ungüentos o pomadas y diversas plantas medicinales; en esa misma habitación se efectuaban las transaciiones de compra de medicamentos. El segundo espacio, la trasbotica, se utilizaba como almacén de los preparados, para elaborar los fármacos, y como depositorio del equipo empleado en la producciión : mesas de trabajo, alambiques, prensas, morteros, balanzas, fogones, hornillas, botes, jarrones, cuencos, espátulas, pildoreros, etc.
Durante el siglo XVIII se publicaros distintos documentos destinados a regular la elaboración de medicamentos.En 1706 se público la Palestra Farmacéutica, la primera farmacopea utilizada en la Nueva España; en 1739 el Protomedicato de España editó la Farmacopea Matrintese, que se impuso en todos los territorios del reino; posteriormente el emperador Felipe V públicó la Farmacopea Natural qur fue poco tiempo después impuesta en la Nueva España.
En 1779 el Protomedicato Español llegó a su fin. Las prácticas farmacéuticas coloniales estuvieron muy ligadas a las efectadas en España, con la diferencia de que México no se produjo nuevo conocimiento, ni el existente se organizó y enseñó en las universidades, por lo que se creó un descrédito social y científico.
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